Una consulta en osteopatía dura de media unos 45 minutos, aunque su duración es variable dependiendo si es una primera consulta o un seguimiento.
La consulta se suele dividir en tres partes:
- La anamnesis: se refiere a una serie de preguntas con respecto al dolor del paciente y sus antecedentes médicos. Tras la anamnesis el ostéopata es capaz de decidir si puede tratar al paciente o es mejor que consulte a su médico antes de realizar un tratamiento osteopático, o bien que el paciente realice unos exámenes complementarios, como una radiografía o una resonancia magnética antes de tratarlo. Así el osteópata propone lo que llamamos un diagnóstico diferencial.
- Los tests osteopáticos: esta fase permite al osteópata proponer el diagnóstico osteopático y encontrar con precisión la estructura anatómica dolorosa y las causas del dolor. Esto le permitirá elaborar un tratamiento y explicárselo al paciente.
- El tratamiento osteopático: compuesto de técnicas manipulativas suaves, el tratamiento se adaptará siempre al paciente y a sus antecedentes.
Se recomienda a los pacientes traer cualquier examen complementario que se haya realizado anteriormente (radiografías, escáner, resonancia magnética…)
El paciente se quedará en ropa interior durante la consulta.
El osteópata puede proponer al final de la consulta algunos consejos destinados a la continuidad y eficacia del tratamiento (ejercicios musculares, estiramientos, consejos de ergonomía en el trabajo…)